domingo, 17 de mayo de 2015

Conociendo a los reptiles y anfibios locales

Conociendo a los anfibios y reptiles locales


Empezando con la que esperamos sea una larga lista de cursos de formación, Ecologistes en Acció de Vinaròs montó un curso teórico-práctico de reconocimiento y manejo de reptiles y anfibios del pueblo de Vinaròs. El curso corrió a cargo de Raúl León, biólogo y herpetólogo con una dilatada experiencia en reptiles y anfibios tanto en nuestro país como en América del Sur y África. 

El sábado por la tarde (servidora había estado por la mañana censando aves marinas en Peñíscola) se realizó la sesión teórica, donde Raúl nos puso al corriente de las especies seguras y potenciales de reptiles y anfibios que teníamos en nuestra zona. También algunos detalles básicos sobre cómo manipularlas y la importancia ecológica de dichas especies.

El domingo muy pronto empezamos la práctica en el campo. Escogimos la zona de Soterranyes, cercana a Vinaròs, que está sometida a un plan de urbanización. De este modo la salida de campo obedecería a un doble objetivo de aprender y además conocer de primera mano la diversidad herpetológica de la zona para ponerla de manifiesto.

Fue un día muy, muy productivo (aunque bajo un sol de conciencia). Encontramos varios ejemplares de prácticamente todos los grupos que se habían establecido como posibles en la sesión teórica. La mayoría de ofidios los encontramos en pozos, donde debido a las paredes lisas no podían salir una vez caían. Lo que iba a ser solo aprendizaje acabó convirtiéndose en una sesión de rescate de unos cuantos que seguramente hubieran muerto de inanición en aquellos puntos. 

  • Culebra de herradura (Hemorrhois hippocrepis)

El ejemplar más grande que vimos pertenecía a esta especie (1,80 metros). 

  • Culebra lisa meridional (Coronella girondica)

La especie más rara que encontramos en la sesión (o al menos aquella cuya presencia era más improbable). 

  • Culebra bastarda (Malpolon monspessulanus)

La única especie de serpiente venenosa que vimos ése día. No posee un sistema inoculador de veneno, pero sí una glándula segregadora de una toxina de bajo efecto en la parte posterior del paladar junto a un único colmillo dirigido hacia atrás. El envenenamiento puede ser equiparable al de una picadura de avispa y se produce por contacto prolongado si la serpiente ha mordido. 

Además de este ejemplar encontramos una muda de culebra bastarda de alrededor de 2 metros. 

  • Eslizón ibérico (Chalcides bedriagai)

Personalmente no conocía este grupo de reptiles, y tal vez por eso fue el que más me impresionó. 

Los eslizones pueden parecer ofidios, pero en realidad tienen cuatro patas desproporcionadamente pequeñas al tamaño del cuerpo. Sin embargo no están atrofiadas ya que las utilizan para darse impulso en determinadas situaciones (habitualmente las pegan al cuerpo y se desplazan como las serpientes). Viven la mayor parte del tiempo enterrados y por ello su cuerpo tiene un tacto muy liso, como si no estuvieran cubiertos por escamas aunque así es. 

  • Lagartija colilarga (Psammodromus algirus)

La lagartija más común de ese tipo de ambientes se dejó ver en diversas ocasiones. Es curioso que los patrones sean tan distintos incluso dentro de la misma especie. 

  • Lagartija ibérica (Podarcis hispanicus)

  • Lagarto ocelado (Timon lepidus)

  • Salamanquesa común (Tarentola mauritanica)

Conocida como "dragonet" o "adragó" en esta zona, las salamanquesas tal vez sean el reptil más común ya que habitualmente viven en las casas, más las rurales.

  • Salamanquesa rosada (Hemidactylus turcicus)

Un poco más pequeña que la salamanquesa común y con un color notablemente rosáceo. Es característico el anillo azulado que tiene en la parte superior de la cabeza, desde la nuca y por encima de los ojos. 

Aquí un ejemplar que estaba cambiando la cola

Para los anfibios nos desplazamos a las charcas permanentes que existen en el Río Servol. También esperábamos ver alguna culebra acuática, aunque no hubo suerte (pero sí tenemos constancia de que están).

  • Rana común (Pelophylax perezi)

  • Sapo corredor (Epidalea calamita)

Aunque no vimos ningún ejemplar como tal, las charcas estaban llenas de renacuajos de esta especie y además descubrimos varias puestas secas. 

P.D. Esto no era necesario PARA NADA, pero sucedió. Con cada animalito, besito y al campo.