domingo, 29 de mayo de 2016

¿Qué pájaro canta de noche?

¿Qué pájaro canta de noche?

La noche es otro mundo, y los que nos gusta el campo lo sabemos bien. En ese mundo oscuro donde aparentemente todo calla, hay aves que se hacen las reinas. Seguro que has oído alguna (tú y todos), pero tal vez no hayas sabido de qué se trata.

Desde la humildad más absoluta, un pequeño resumen de nuestras aves de hábitos nocturnos más fáciles de escuchar. 

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Tal vez una de las más conocidas rapaces nocturnas, la lechuza común (Tyto alba), sea así mismo una de las que menos se reconoce el canto. ¿Quién diría que un ave tan elegante tendría un reclamo consistente en chirridos y siseos tan escalofriantes?


La lechuza es un ave tradicionalmente ligada a los ambientes humanizados. De hecho actualmente el 90% de parejas anidan en construcciones humanas (casas de labor, edificios abandonados, buhardillas, campanarios, ermitas...). Siempre ha habido muchas leyendas entorno a su figura debida a su color blanco, visible incluso de noche, que la relacionaba con fantasmas (potenciado por su estremecedor canto). En algunas zonas se la acusaba de beberse el aceite de las lámparas de las iglesias (de ahí el nombre valenciano, "òliba", que viene a ser "aceitera"), cuando en realidad lo que hacía era cazar a los insectos que revoloteaban cerca del punto de luz. 


La lechuza tiene hábitos exclusivamente nocturnos y crepusculares. Ha sufrido una disminución preocupante de su población debida a varios factores, como son el uso de pesticidas e insecticidas. Le afecta más que a ninguna otra la contaminación acústica y lumínica, ya que para reproducirse requiere un lugar oscuro y tranquilo. Es un ave tremendamente beneficiosa como controladora de plagas: debido a su alta tasa metabólica (muy superior al resto de rapaces nocturnas) consume una ingente cantidad de presas, mayormente roedores (ratones, topillos, etc.). 


No solo utiliza las buhardillas para criar, también para dormir durante el día. 

P.D. Por cierto, no es "la de Harry Potter". Eso es un búho nival (Bubo scandiacus). 

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En las zonas agrícolas e incluso en pueblos y ciudades, se oye a menudo al ocaso y durante la noche un canto variable y estridente (que recuerda un poco al de un gato... un poco histérico):


Lo más probable es que se trate del mochuelo europeo (Athene noctua), la más extendida y abundante de nuestras rapaces nocturnas. Es el símbolo de la diosa griega Atenea, deidad de la sabiduría (aparece en las monedas de 1 y 2 euros griegas). Es un búho de pequeño tamaño fácil de reconocer por su aspecto rechoncho y redondeado, sin "orejas", y unas particulares "cejas" que le dan una expresión enfadada o sorprendida. Efectivamente, ese rasgo junto a los grandes ojos amarillos le dan un aspecto muy expresivo en comparación a otras aves. 

Suele hacer movimientos espasmódicos, 
encogiéndose y estirándose, 
para mandar señales a sus congéneres


El mochuelo suele criar en agujeros en paredes rocosas, nidos excavados por otras aves e incluso madrigueras de conejos a ras de suelo. También en construcciones abandonadas o con algún hueco óptimo. Es un ave muy territorial, de modo que ya al atardecer sube a su posadero (una atalaya, un poste...) para emitir el canto que aleje a cualquier competidor. Es el más diurno de nuestro búhos, siendo relativamente frecuente verlo a plena luz del día. 

Mochuelo en el cauce del río Cervol (Vinaròs, Castellón)

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En una noche de verano, incluso dentro de ciudades, puede oírse un reclamo repetitivo como el sónar de un submarino. Muy probablemente estemos oyendo al más pequeño de nuestro búhos, el autillo (Otus scops)


El autillo es la única de nuestras rapaces nocturnas que se considera migratoria: es un visitante transahariano que se reproduce en nuestras latitudes y regresa a África para pasar el invierno. En abril ocupan huecos en árboles y empiezan su periodo reproductor. No necesita una masa forestal importante: es suficiente con un árbol lo bastante grande y un terreno cercano donde cazar. 

Ejemplar capturado durante una sesión de 
anillamiento en Vinaròs (Castellón)

Es un ave de un plumaje increíblemente críptico, muy parecido a la corteza de un árbol. Durante el día puede posarse en una rama, cerrar los ojos y extender los penachos de plumas ("orejas") para mimetizarse contra el tronco. Es realmente un ave muy difícil de detectar si ella así no lo desea. Se alimenta casi exclusivamente de invertebrados de gran tamaño, aunque puede depredar ocasionalmente reptiles o pequeños mamíferos. 

Detalle del plumaje del autillo
P.D. Su reclamo suele confundirse a menudo con el del sapo partero (Alystres obstetricans).

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La siguiente ave emite el reclamo que la mayoría relaciona con la idea de los búhos, un "uh, uh" profundo y que nos indica que se trata de un animal grande. No en balde se trata del búho real (Bubo bubo), el "Gran Duque" de nuestro territorio.


El búho real es inconfundible respecto a las otras rapaces nocturnas por su gran tamaño, pudiendo alcanzar los 75 cm de alto y casi 2 metros de envergadura. Su plumaje, pardo moteado de claro y negro, no destaca tanto como los grandes ojos naranjas y los largos penachos móviles en su cabeza. Los jóvenes, como los de la mayoría de búhos, están totalmente cubiertos de plumón blanco. 


A pesar de su tamaño, es increíblemente silencioso en vuelo. Además no es agresivo con el ser humano, a diferencia de otras rapaces nocturnas de menor tamaño. Cría preferentemente en taludes rocosos y también árboles de gran tamaño. El búho real está mucho más extendido de lo que se cree, aunque su distribución es intermitente. Su área de campeo es enorme y en los alrededores de su nido no anida ninguna otra rapaz. Caza todo tipo de presas, desde conejos, roedores, reptiles, otras aves...

Cría de búho real a la entrada del nido. 
Provincia de Castellón

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También en zonas rurales es habitual oír en pleno verano un reclamo repetitivo y continuo, como la alarma de un coche


En este caso no se trata de un búho sino del chotacabras pardo o cuellirrojo (Caprimulgus ruficollis) (¡no confundir con el chupacabras, porfa!). Es un ave de plumaje críptico y aspecto alargado, aunque en vuelo y durante la noche puede no diferenciarse mucho de una rapaz nocturna. Se trata de un insectívoro con una boca mucho más grande de lo que aparenta, que planea engullendo cuanto insecto entre en ella. 


Los chotacabras suelen posarse en las carreteras, depredando los insectos atrapados por el calor que desprende el asfalto. Muy a menudo un chotacabras quedará deslumbrado por los faros del coche y no se elevará, por lo cual es una especie muy propensa a los atropellos. Anida en el suelo, sin nido, y confía en su camuflaje para no se descubierta en ése periodo. Es un migrante que solo nos visita para reproducirse en primavera-verano. 


En la península hay otro pariente suyo, el chotacabras gris o europeo (Caprimulgus europaeus), que se distribuye más bien en verano por el tercio norte. Su plumaje es muy parecido, siendo la diferencia más significativa la mancha en el cuello del pardo, aunque su reclamo es harto distinto:


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Si estás en un bosque o una arboleda densa y oyes un canto lastimero y que pone los pelos un tanto de punta, tal que así:


Lo que estáis oyendo es un cárabo (Strix aluco), "gamarús" o "caro" en catalán/valenciano. Se trata de la rapaz nocturna más abundante en las zonas forestales, un ave estrictamente nocturna. Destacan sus grandes ojos negros en un plumaje por lo demás marrón y muy críptico.

Cárabo común (Strix aluco)

Cría en agujeros en viejos árboles y tocones. Tiene fama de ser un búho muy agresivo, que no dudará en atacar a cualquiera que se acerque demasiado a su posadero. Incluso los jóvenes que aún no vuelan muy bien pueden lanzarse contra alguien que se acerque al nido. También aparece en parques urbanos con cierta cobertura forestal.

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En esta lista hay que añadir ese gorjeo cristalino, como un gorgoteo musical de agua, que se oye en los setos en las noches de verano. Lo que oís es un ruiseñor común (Luscinia megarhynchos), porque el "Pavarotti de los campos" canta incluso de noche. 


Saludos, pajareros.