lunes, 16 de junio de 2014

10 razones para considerar al ambientólogo en el panorama laboral

10 razones para considerar al ambientólogo en el panorama laboral

Porque imagino que todos los ambientólogos estaréis hartitos de leer ofertas de trabajo en las que se busca un perfíl de "Biología o afines" y tienes que llamar/escribir aposta para preguntar si "Ambientales también cuenta" (al menos a mí me ha pasado, y bastante). 

Tenemos un perfil propio, merecemos más ofertas encaminadas a nosotros, prácticas empresariales específicas y una consideración a la altura. No por ser "los de la carrera nueva" somos menos que nadie, ni tampoco "la niña fea de la empresa a la que nadie escucha" como una vez nos dijo una profesora en la carrera. Debemos hacernos oír y dejar constancia de que existimos y valemos para nuestro trabajo.

Aquí un decálogo, quizá más subjetivo de lo que debería (me rallo mucho cuando escribo) de 10 razones por las cuales somos profesionales aptos para gran cantidad de puestos. Y también una forma de vida, para qué negarlo. 


Esto no pretende ni mucho menos desprestigiar cualquier otra carrera o profesión. Nunca seré tan bióloga como un biólogo (es imposible), y lo mismo con cualquier otra especialidad. Simplemente señalar algunos de los puntos fuertes que a mi parecer son necesarios resaltar en un profesional del medio ambiente. 

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1) Somos MULTIDISCIPLINARES

Es lo primero que a uno/a le dicen cuando decide cursar esta carrera. La frase que se queda de la presentación oficial es "sabréis un poco de todo pero mucho de nada". Y es totalmente cierto pero desde el punto de vista positivo. 

No sabremos tanta biología como un biólogo, ni tanta química como un químico, ni tanta física como un físico... ¿Pero a qué otro profesional se puede hallar que tenga una formación reglada en biología, geología, edafología, química, física, leyes, urbanismo, economía, energías renovables, ecología, ingeniería, contaminación y un largo etcétera? La esencia de nuestra profesión es saber integrar todos los aspectos del medio ambiente, incluidos sociedad y economía, y se nos da como a nadie. 

Esta es posiblemente la cualidad que nos define y que debería tenerse más en cuenta. 



2) Vemos el mundo con otros ojos

Hablando con ambientólogos de muchos otros sitios, hemos concordado que más que un conocimiento exhaustivo y conocer de memoria chorropotocientasmil cosas, lo que consigue la carrera de ambientales es cambiar la perspectiva de la vida para siempre. El mundo para nosotros es una especie de rompecabezas, un "mapa de procesos" donde absolutamente todo está conectado y repercute en lo otro. Nadie sabe percibir, comprender y valorar esas conexiones como un ambientólogo. 

Y por cierto... no es algo a lo que puedas "darle al off". Sucede por instinto.



3) Pensamos en lo que hay detrás de todo

Un poco relacionado con lo anterior, francamente. Una persona "corriente" abre el grifo o se toma una lata de refresco sin mayores reflexiones. Al abrir el grifo nosotros pensamos, aunque sea fugazmente, que esa agua ha sido extraída de un pozo y pasada por cloro, conducida a través de cañerías para llegar a nuestra casa y que después (con suerte) irá a parar a una depuradora para ser devuelta finalmente al mar. La lata de refresco habrá llegado a nuestras manos, posiblemente (o no) tras un proceso de reciclado, y cuando acabemos con ella la meteremos en el contenedor amarillo, donde irá a una planta de separación de residuos y donde la reutilizarán para hacer otras latas u otros productos.

Lo hacemos, aunque sea un segundo: no podemos evitarlo. Y [ambientólogos] lo sabéis. 


¿Que si esto es útil en el mundo laboral? Of course, my friends. Porque siempre consideramos las repercusiones de cualquier decisión, y eso es muy importante a medio y largo plazo. 


4) Somos "letrados" en el trabajo de campo

Cualquiera que haya cursado ambientales ha podido disfrutar (en contados casos sufrir) cantidad y cantidad de salidas de campo. En ocasiones eran excursiones a depuradoras, desaladoras o ciudades donde la urbanización se les había ido de las manos. En su mayor parte eran salidas de campo en toda regla, donde meterse en ríos helados o marjales malolientes para muestrear fito y zooplancton, hacer transectos de aves bajo lluvias torrenciales, soportar pinchazos de mil zarzas para recontar plagas de muérdago en pinos o subir a la quinta puñeta para apreciar el cambio de vegetación que se produce en altura. 

¿Y sabéis qué? ¡NOS ENCANTA, CARAJO! Nos encanta embadurnarnos hasta las axilas para obtener muestras de plancton, sudar la gota gorda para ver lagos oligotróficos de alta montaña y madrugar para trampear pequeños mamíferos. El ambientólogo se mueve con ganas y entusiasmo en el campo, y eso nos define (de igual modo que a los biólogos, nuestra profesión hermana). 

Nuestro héroe

5) Somos educadores natos

Y no me refiero a profesionalmente o de forma reglada; me refiero a la necesidad imperiosa de "educar" a los que tenemos alrededor sobre hábitos u opiniones favorables para el medio ambiente. A veces se nos puede tachar de pesados por el continuo "los envases en el contenedor amarillo", "cierra el grifo que gastas demasiada agua" o indignarnos ante cualquier noticia en la que se menosprecie las energías renovables o suceda alguna catástrofe ambiental sobre la que TENEMOS que dar nuestra opinión. 

Inevitablemente, la gente de alrededor acaba contagiándose de esa filosofía (pobres de ellos si no lo hacen, porque yo al menos puedo ser muuuuuuuuy pesada) y poco a poco, granito a granito, nos sentimos como que podemos conseguir un mundo mejor aunque sea solo un sueño. 



6) Como los elefantes, ¡nosotros no olvidamos nada!

Me refiero a que, en muchas otras disciplinas, se centran en lo suyo y solo en lo suyo. Un ambientólogo no puede obviar cualquier otro ámbito porque la multidisciplinariedad forma parte de nuestra profesión. Un economista puede (y probablemente lo haga) olvidar los impactos ambientales generados por una actividad empresarial, pero un ambientólogo no pasará por alto las pegas económicas que pueda tener una determinada actuación ambiental. 

El ambientólogo sabe (o al menos debe saber) hacer el balance entre medio ambiente, sociedad y economía para intentar contentar en la medida de lo posible a todas las partes. El consenso es algo elemental en nuestro trabajo, porque una decisión no apoyada por la mayoría está abocada al fracaso. Un ambientólogo que se precie no es un defensor radical del medio ambiente sin tener en cuenta a la población o sus puestos de trabajo, sino que intenta proteger lo primero y beneficiar a la vez a los segundos. 



7) El medio ambiente y los impactos sobre él nos producen empatía

Creo que es algo elemental para un estudioso del medio ambiente. Las catástrofes naturales o cualquier impacto derivado nos tocan hondo y somos sensibles ante este tipo de temas. Apoyamos siempre la defensa del medio ambiente y la biodiversidad, y las injusticias, la extinción de alguna especie o la desaparición de una espacio natural nos producen tristeza y hacemos lo posible por reivindicar que no ocurran esas barbaridades. 

De hecho la inmensa mayoría de nosotros encaminamos nuestra carrera a la protección del medio ambiente, ya sea mediante la gestión de espacios protegidos, conservación de biodiversidad o minimización de impactos sobre el agua, suelos, aire, etc. 



8) Nos adaptamos a cualquier ambiente y tipo de trabajo

En nuestra formación nos acostumbran a trabajar tanto en el campo como en laboratorios, oficinas, buscando bibliografía, redactando artículos, etc. Es difícil que exista un puesto de trabajo donde un ambientólogo deba empezar de 0 porque llevamos mucho tiempo preparándonos para cualquier tipo de tarea que puedan encomendarnos. No hay un reto lo suficientemente grande porque la versatilidad es algo implícito en nuestra carrera. 



9) Siempre estamos al día (o deberíamos)

La legislación ambiental (como cualquier otra, vaya) está sometida a cambios constantes, y el deber del ambientólogo es estar al tanto de las actualizaciones de la misma. Los periódicos pueden hacer mucho, pero a menudo son titulares escuetos a los que no se da mucha importancia. El ambientólogo debe indagar y enterarse de cómo repercuten estos cambios y sentencias en la sociedad y el medio ambiente para aplicarlo a su actividad laboral. También estar al día del estatus de ciertas especies relevantes, sucesos de interés en espacios protegidos, actividades que puedan ser nocivas para el medio ambiente, etc. 

En realidad no hay que pincharnos mucho, porque por lo general somos curiosos y la información nueva nos es atractiva. A mí, personalmente, no me produce tedio alguno estar al tanto de todo lo nuevo que va surgiendo (y como a mí muchos, imagino). 



10) ¡Amamos nuestro trabajo!

Por supuesto esto es aplicable a todas las carreras y/o profesiones que uno haga por vocación, pero en el caso del ambientólogo es especialmente importante. Para ser ambientólogo debes sentir un respeto real por el medio ambiente

Además... nadie se pega madrugones a las cinco de la mañana, todo ello aprendiendo de economía y leyes, sin recibir más recompensa que el aprendizaje. Digo esto en el sentido de que, habiendo tal variedad monstruosa de asignaturas y temas que tocar, siempre habrá alguno que nos desagrade y se nos haga cuesta arriba. Y aún así llevamos adelante toda es cantidad de información para integrarlo en nuestra vida profesional y nuestro día a día. 


Quizás esta sea la más subjetiva de las razones, pero personalmente no podría ser más feliz cuando hago algo positivo para el medio ambiente. Incluso ahora que la época no es buena en nuestro país y no pinta bien para nuestra generación, una sesión de anillamiento o un curso sobre gestión de residuos consigue subirme la moral. ¡Nunca dejéis de formaros y aprender!

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Y hasta aquí. Felicidades al que haya llegado al final sin desfallecer. Espero que cualquier ambientólogo que lea esto se sienta identificado, al menos en alguno de los puntos. Puede que haya sido demasiado subjetiva y entusiasta, pero es lo que hay. Soy feliz de haber estudiado ambientales, y aunque tenga momentos de titubeo estoy segura de que ése es mi camino. 

Lo único...

Seguro que a todos os han atacado con la preguntita de marras...

2 comentarios:

  1. Exacto!!! Multidisciplinares hasta la médula...

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  2. Me encantó! Me identifico mucho con lo extraterrestre! Soy de Formosa. Argentina y todavía somos contados con los dedos de una mano!

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