viernes, 13 de junio de 2014

Crónica de un año perdido

Crónica de un año perdido

"Elige un trabajo que te guste y no tendrás que trabajar un solo día en tu vida"
Confucio

No le quito la razón, pero por suerte para este optimista filósofo no vivió en la España contemporánea. 

Hace prácticamente un año que terminé mis estudios universitarios. En realidad podría haberme retirado de ése mundo un año antes, al acabar la licenciatura, pero una de mis mejores profesoras fue clara: "mientras más tiempo paséis estudiando, mejor". Y qué razón tenía. Alargué un año más haciendo un máster que siempre desee hacer (me becaron, gracias a dios) y que me aportó un montón de cosas buenas... pero un año después sigo exactamente igual, o quizá con expectativas aún más negras. 

He empezado a plantearme si elegí mal mi carrera, a pesar de que estudiar el medio ambiente es algo que he querido desde pequeñita. Si debería haber elegido algo que me proporcionara más beneficio a corto plazo y dejar a un lado las ambiciones personales y los llamados "sueños". 

Y después miro a mi alrededor y veo que da igual qué hubiera estudiado, ya fuera universidad, formación profesional o lo que fuera. Tampoco podría aportar nada.

Cada día que salgo a la calle, con un fajo de currículums por si me he dejado algún negocio en el que echarlo, veo a un montón de gente de mi edad que corren apurados por la calle, también con un tocho de currículums bajo el brazo. Para mí no hay mejor reflejo de que somos lo que llaman "la generación perdida". 

De la gente que estudió conmigo, muy pocos han conseguido trabajo y prácticamente ninguno de lo que estudió (salvo algunos "afortunados", nótese la ironía, que cobran una miseria por horas y más horas). Que profesionales tan cualificados como ellos (muchos con los que he coincidido) se vean en dichas condiciones me pone muy triste. Hasta doctorados y doctoradas que conozco ven sus trabajos pender de un hilo. Es deprimente.

Lo peor, sin duda, es la perpetua sensación de decepción hacia los que la rodean a una. Por mucho que te digan lo de "mucha gente está igual", "no nos importa que no trabajes", "ya sabemos cómo están las cosas" etc., es algo que tienes constantemente clavado en el fondo del cerebro. Porque por mucho empeño que le pongas la oportunidad no llega, y sigue pasando el tiempo y el esfuerzo de acabar la carrera y el postgrado en el tiempo estipulado se van por el desagüe tras un año parada. 

Quiero devolver algo a esa gente que ha estado conmigo siempre, apoyándome económica y sobretodo anímicamente. Pero no puedo, y me come por dentro. Y acabas con un irremediable sentimiento de que "no eres lo bastante buena", el gran axioma de nuestra generación. 

No tiro la toalla, no después de seis años formándome en el que siempre ha sido mi sueño. Pero hay días que poco me falta. 

2 comentarios:

  1. Me parece un post un tanto triste. Sé que no ha sido un año perdido, que has tenido muchas experiencias que te servirán en el futuro. Debemos de intentar ver lo positivo del año en paro. Sí, no hemos trabajado, no nos han remunerado, no tenemos dinero... pero hemos estado en movimiento continuo, buscando y aprendiendo. Eso, te lo digo a sabiendas, nos servirá.
    Por eso decidí escribir mi blog de experiencias, por dejar constancia de lo que he podido y puedo hacer mientras mi oportunidad se presenta.
    Mucho ánimo y sigue con el blog!!!

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    1. Como ya te dije, tu blog me motivó a volver a escribir porque lo tenía abandonadito jeje

      Mira, hoy ya no veo las cosas tan negras. Está claro que las experiencias vividas, muchas de ellas en el Máster, han sido muy provechosas. Y he conocido a mucha gente maravillosa. Pero este año vacío me molesta y mucho.

      P.D. Que vaya todo bien. También seguiré de cerca tu blog :D

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